La sala de las elecciones
Cuando Albert entró, le sorprendió el inesperado orden de la sala, en agudo contraste con las escarpadas cuevas y los retorcidos túneles que acababan de recorrer. Ante él había tres puertas, cada una envuelta en su propio aire de misterio. La sala parecía una encrucijada crucial, un momento fugaz de claridad en medio de la incertidumbre. Estaba claro que debían elegir un camino, pero el peso de la decisión se cernía sobre ellos.

La habitación de las elecciones
Almacenamiento oculto
A medida que los ojos de Albert se adaptaban a la tenue luz, los detalles de la habitación se iban revelando poco a poco. Había barriles y cajas de madera apilados con precisión, muchos cubiertos con lonas que dejaban entrever los misterios que ocultaban. Se trataba sin duda de un almacén oculto, cuya finalidad estaba envuelta en el secreto. Fuera lo que fuese lo que había bajo aquellas cubiertas, parecía lo bastante importante como para mantenerlo alejado de miradas curiosas. El aire tenía un peso tácito, como si la habitación contuviera historias jamás contadas de tesoros o bienes mantenidos deliberadamente fuera de su alcance, destinados a permanecer sin descubrir.

Almacenamiento oculto