Decisión de huir
Una vez fuera de mi vista, tomé la repentina decisión de huir, abrumada por una oleada de urgencia. “Lo siento, Arlo”, susurré al girar por una calle lateral. Brutus levantó la vista, percibiendo el cambio de dirección. Tenía que alejarme de cualquier plan que Arlo y su madre hubieran planeado. “Ya se nos ocurrirá algo”, le dije a Brutus, esperando que mi voz sonara más firme de lo que me sentía. El camino era incierto, pero necesario.

Decidir huir
Cambio de ruta
Modifiqué mi ruta, optando por una parada rápida en la tienda de comestibles. “Sólo por ahora”, me dije, sabiendo que necesitaba un momento para ordenar mis pensamientos y mis provisiones. Brutus movió la cola, ajeno a la agitación que se arremolinaba en mi mente. “Seremos rápidos”, le aseguré, como si lo comprendiera de verdad. Aunque mi destino final seguía siendo incierto, esta pausa me daría tiempo para planificar. Respiré hondo y me concentré en la tarea que tenía por delante.

Cambio de ruta